Roma, año 12 antes de Cristo. El emperador Augusto es todopoderoso. Alix tiene más de 50 años y es senador.
En busca de la Atlántida, Alix y los suyos se dirigen hacia el archipiélago de Thera. Allí dan con los oscuros vestigios del templo del Minotauro ya explorado en su juventud por el senador. Por desgracia, en medio de la tempestad, el barco de Alix debe refugiarse en una isla de piratas. Sediento de riquezas, su jefe tiene la intención de ir a saquear los tesoros del dios caníbal. Pero no cuenta con el mal que acecha en la guarida del Minotauro: las perlas de fuego incrustadas en sus paredes siempre han castigado a los profanadores.