Roma, año 12 antes de Cristo. El emperador Augusto es todopoderoso. Alix tiene más de 50 años y es senador.
Kefrén ha pagado muy cara su obstinada búsqueda de la Cibeles de oricalco. Pero continúa conduciendo a Alix, Enak y Titus al terrible desierto egipcio. Quiere encontrar el oasis del dios Amón, su santuario y su montaña de los muertos, convencido de que allí se oculta un secreto que le salvará. Pero el destino de todos se verá comprometido en esa extraña necrópolis, entre momias, saqueadores y servidores del dios escondido. La montaña de los muertos nunca habrá merecido tanto su nombre.