París, 1897: monumentos, luces, bailes populares... y los apaches, jóvenes delincuentes que dominan las calles y asustan a los honestos ciudadanos...
Amélie acaba de salir de la adolescencia y sueña con un futuro distinto a la agotadora vida que han conocido sus padres. Pero el París de chorizos y mangantes no ofrece muchas alternativas para una mujer tan hermosa: acera y clientes por cuatro perras. Salvo que, faltaría más, llegue el príncipe apuesto, pañuelo al cuello y faca siempre a mano.